Prueba
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Hola Amigos:
Soy Miguel de Mendoza, y hace pocas
semanas participé del “Encuentro de Espiritualidad OMI” en Córdoba, y quisiera
contarles mi experiencia.
Voy a comenzar contándoles cómo llegué.
Un día perdido entre reuniones de mi comunidad fui a la secretaria para
averiguar dónde se realizaba una de las tantas reuniones, ahí me encontré con
Margarita Caballero, laica oblata consagrada de hace varios años, y me comentó
sobre este encuentro de espiritualidad en Córdoba. Ella, con su dulce forma de
hablar, me explicó que en el encuentro conoceríamos más en profundidad el
carisma y la espiritualidad oblata, y que podríamos comprometernos a seguir las
huellas de San Eugenio por el camino señalado por Jesús.
Sinceramente no sabía que para ser laico
oblato había que tomar un compromiso, yo ya me sentía parte de esta
Congregación desde que empecé a trabajar con los niños en la Catequesis
Familiar. Esa forma particular de evangelizar, no tanto desde la formación sino
más bien desde la puesta en práctica de las enseñanzas de Jesús. Trabajando con
aquellos que más lo necesitan, las personas más alejadas, las personas
encerradas, enfermas…
Mi respuesta no fue inmediata, en verdad
no le veía objetivo al viaje si yo ya me sentía oblato de corazón, pero fue
claro el objetivo cuando decidí viajar…
En el encuentro viví muchas
experiencias, grandes retos para mi personalidad y forma de evangelizar, estaba
muy cómodo en mi lugar, en mi trabajo en la pastoral de catequesis. Pero ahora,
entendí, que la Misión de cada uno, tiene un comienzo y un final, abierto a
muchas otras cosas, porque donde Jesús nos necesita ahí nos envía; aunque no
sepamos qué hacer no debemos preocuparnos porque Jesús no llama a los capacitados
sino que Él capacita a los que llama.
Tomaré el compromiso como oblato el 8 de
diciembre.
Contento, Señor, contento
Les dejo un abrazo en Cristo
Miguel Sebastián Pini
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