Jovenes Oblatos

¡Hola gente chévere! Soy Giovanny Nova, un escolástico venezolano. Quiero compartir unas pinceladas de lo que ha sido mi experiencia de regencia, la cual vengo realizando desde febrero de este año en la parroquia Ntra. Sra. del Carmen, ubicada en la ciudad de Santa Bárbara de Barinas, aquí en Venezuela.
Esta zona es relevante por varias cosas: nos encontramos entre los límites de los andes y la región de los llanos, diríamos al pie de la montaña; por tanto gozamos de un doble clima de montaña y de llanos (suele hacer calor la mayor parte del año), lo mismo se aplica para las personas y la gastronomía. Otro dato “casual” es que esta tierra vio nacer al bien conocido presidente Chávez.

En la parroquia vivimos: el P. José Manuel Cicuéndez, el P. Vidal fuente (que en este momento se encuentra de vacaciones) y este servidor.

Desde que llegué a esta comunidad me he sentido muy acogido tanto por la gente de la parroquia como por la comunidad OMI.

El trabajo pastoral lo realizo específicamente con la catequesis y los jóvenes, junto al P José Manuel Cicuéndez omi. Algunas veces acompaño a mis hermanos oblatos en las comunidades del campo que suelen tener una celebración de la eucaristía al mes.
Al ser una vivencia de contacto directo con las personas, he tratado de conjugar la pastoral de escucha con la acción. Con el oído atento a la voz de Dios que se manifiesta en los acontecimientos de cada día, especialmente en lo humilde y sencillo.

Los momentos pasan de reuniones para preparar la catequesis, reuniones de grupos juveniles, y celebraciones de la Palabra, a charlas de formación y encuentros de compartir y recreación en los hermosos espacios que nos ofrece la geografía del lugar (montañas, llanuras, ríos). También alguna experiencia fuera de la parroquia como la semana santa que compartí en la sierra de Perijá, junto a la comunidad indígena de Bokshi, etnia Barí.

Ahora mismo estamos de vacaciones, por lo que el ritmo de vida activa ha disminuido un poco. Sin embargo estamos preparando algunos encuentros que se aproximan en esta época del año, dedicada a las misiones juveniles y demás encuentros.

No me queda más que seguir dando gracias a Dios por las gracias con que me está bendiciendo en este año de regencia, y a María Inmaculada nuestra madre y patrona de la congregación, por su compañía silenciosa, sencilla y consoladora, y a todas las personas que me apoyan con sus oraciones y su presencia en esta misión.