Prueba
Hola,!! Soy Mariana y pertenezco a la comunidad del Refugio San Eugenio, de Virrey del Pino, Buenos Aires (Aprovecho para comentarles que el RSE es un espacio pensado para brindarles a los jóvenes una alternativa distinta a las que hoy en día se le presentan, realzando valores como la amistad y el compañerismo).
Quiero compartir con ustedes la maravillosa experiencia personal que viví en el Congreso Juvenil Oblato que este año se hizo en Santa Fe.
Este fue el primer congreso en el que participo. Cuando el padre Sergio Menegoni me propuso participar, junto con otros chicos del grupo, primero me emocioné muchísimo (hace tiempo que tenía ganas de participar de uno) y después empecé a pensar en que tendría que faltar unos días al profesorado donde estoy estudiando. Pero creo que esa preocupación no duró mucho porque al otro día ya estaba pensando en como juntar la plata para viajar!
Gracias a Dios nos tocaron unos días preciosos! Cuando llegamos a San José del Rincón nos recibieron con una gran calidez y me sentí muy cómoda. Eso es lo lindo de compartir entre cristianos: parece que todos nos conociéramos desde siempre!
Les cuento que soy cantante en una banda que formamos en el Refugio (su nombre es Shekinah, que significa “presencia de Dios en el mundo”). Por eso si hay algo que me llena el alma es cantar y, sobre todo, cantar para Dios y para que otros se encuentren con Él. Y por eso también me tocó animar con canciones el encuentro y (aunque es cierto que una parte de mi quería estar ahí gritando y bailando entre ellos!) me llenaba de mucha emoción ver cuando todos los chicos cantaban, gritaban y saltaban al compás de las canciones (aparte la batería fue de gran ayuda!). Siempre me sorprende todo lo que una simple canción puede hacer y cómo a través de ella se transmiten tantas emociones. Es verdad que la música llega al corazón!! Realmente fue una fiesta y todos sentimos que Jesús y María estaban (y siguen, por supuesto) presentes entre nosotros.
De los temas que se trataron en el encuentro, me llamó particularmente la atención cómo la Palabra de Dios encierra mensajes que uno, la mayoría de las veces, no sabe escuchar, siendo que siempre algo tiene para decirnos: una palabra, una frase, un gesto que nos pueden alentar y, por qué no, sanar. Así como entre las personas nos comunicamos mediante las palabras y estas tienen una intención, también está la Palabra de Dios, que nos libera de verdad y siempre encierra un significado importante, pero depende de nosotros estar atentos a su mensaje...
Por otro lado, nunca faltan las amistades que se forman, que, como dice Guille (y no se equivoca!) se mantienen a pesar de la distancia, porque están unidas en Cristo.
Finalizado el Congreso y de vuelta en Buenos Aires, ya nos estamos preparando para transmitir lo vivido en un minicongreso para los que no pudieron participar y con todas las ganas para armar el encuentro del año próximo...
Por último, quiero felicitar a todos los chicos de Santa Fe: se notó el esfuerzo, las ganas, pero sobre todo, se notó EL AMOR que pusieron para organizar el Congreso. La verdad que vale la pena viajar tantos kilómetros y encontrar a gente tan especial como ustedes, porque son la prueba del gran amor de Dios! Sigamos apostando a Él porque es seguro que nunca nos va a abandonar...Un abrazo enorme!!
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