Prueba
------------------
Él nos hizo a su imagen y semejanza;
nos hizo amor.
Amar es estar al servicio; estar
disponible; acoger con bondad a las personas; experimentar el Amor en
los Sacramentos; en el propio corazón, en la vida y en los
acontecimientos. Dios amor está en cada persona.
Amar es buscar, desear y realizar el
bien. Jesús pasó sobre la tierra haciendo el bien siempre y a
todos.
Amar es vivir en la verdad; el que ama
es libre porque es sincero.
Vivir la obediencia es estar disponible
para servir. Obedecer es amar. Obedecer por amor.
Vivir la pobreza es desapego y
solidaridad. Compartir lo que se tiene y lo que se es.
La castidad es amar a todos, a cada
persona en lo concreto. Es donación total.
Hay que aprender de Jesús a ser
obediente, casto y pobre. También nuestra Madre y Patrona, la
Inmaculada Virgen María es nuestro Modelo.
Vivir la unidad: consigo mismo, con
Dios, con las demás personas, con la creación.
Es importante el testimonio: La unidad
habrá si hay amor mutuo: “Miren como se aman”. Es muy importante
la corrección fraterna para crecer en la santidad. Los que se aman
se corrigen, se ayudan y caminan juntos.
Pastoral: Jesús es el Buen Pastor;
nosotros somos cooperadores de Jesús. Hay que ver: qué me pide
Jesús a través de las necesidades reales de la Iglesia y de la
sociedad.
Es importante tener una mirada de
conjunto; lo universal y lo particular. “El aquí y ahora”.
Hay que tener actitud de servidor, de
amor, de hermano, de amigo, de padre, de madre.-
Y como no somos islas, es importante la
corresponsabilidad: “llevar juntos la carga”; hay más felicidad,
más fácil la misión, más eficaz, más rica, más plena!
En todo momento es importante la
oración personal y comunitaria.
Realizar todo con amabilidad, con una
actitud de escucha, total todos somos “discípulos y misioneros”.
Que haya unidad en la diversidad; Relación de hermanos en el Señor.
Tener confianza: en Dios, en uno mismo
y en los demás.
Hay que estar abierto, atento y en
búsqueda-ir al encuentro: “La Semilla del Verbo” está presente.
Tenemos que dejarnos guiar por el E.
Santo.
Nuestra misión es amar, defender,
promover la vida.
El punto de partida es nuestro
encuentro con Jesucristo vivo para ser discípulos y misioneros.
Sólo Jesucristo sacia nuestra sed de:
- de felicidad
- de verdad
- de fraternidad
- de paz
- de amor
- de vida, etc.
El mejor servicio que podemos ofrecer a
la sociedad es nuestro ser cooperadores del Salvador.
Hacer conocer a Jesucristo- Dador de
vida en abundancia; para que nuestro pueblo en Él tenga vida.
Subscribe to:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario